Platón

 


Se desconoce la ciudad donde nació aunque se barajan dos posibilidades, por una lado la ciudad de Atenas y por otro lado la isla de Egina. Nace en el año 428 a.C en el seno de una familia aristócrata ateniense emparentada con regentes y con Solón. Su estatus por tanto le procuró la mejor educación bajo la tutela de los mejores filósofos del momento.
Platón es un apodo, el de espaldas anchas, se cree que su verdadero nombre fue el de Aristocles. Pronto despertó su interés en la política y en los diferentes sistemas de gobierno, pero no fue hasta que cumplió los veinte años cuando se iniciaría como discípulo de su estimado maestro Sócrates.


No obstante, la acusación por parte de la Asamblea ateniense contra Sócrates tachándole de llevar la corrupción a sus jóvenes discípulos, hizo que su maestro fuera condenado a muerte. En el 399 a.C. falleció en la prisión donde estaba hacinado tomando cicuta, un veneno mortal.
El desengaño institucional que sufrió Platón sería sin duda la causa para que se alejara de la política ateniense y centrara sus esfuerzos en intentar que otras polis se interesaran y aplicaran su propio sistema político basado en la sofocracia o gobierno de los filósofos en el que creyó fervientemente.


Fue por ello por lo que inició una serie de viajes que le llevarían por Sicilia y Egipto. Es en Siracusa, donde encontró a su fiel discípulo, Dión. Sus estudios y la dedicación a la política le llevaron a relacionarse con los hombres más importantes de su momento, así pues se hizo asesor del por entonces tirano de Siracusa, Dionisio el Viejo. No obstante la tenacidad de Platón en imponer sus teorías hizo que el tirano le vendiera como esclavo. A su regreso a Atenas en el 387 a.C funda la famosa Academia donde se dedicó a formar a los jóvenes emulando a su maestro Sócrates.
Lo que no se le puede negar a Platón fue la fidelidad a sus ideas y la esperanza en llevarlas a la práctica. Así pues a la muerte de Dionisio el Viejo, accede al trono su hijo Dionisio el Joven, por lo que de nuevo regresa a Siracusa con la idea de trabajar con el nuevo tirano para intentar que este aplicara sus tesis políticas, las mismas que habían llevado a su padre a venderlo.
Platón de nuevo se encuentra con el rechazo del nuevo regente por lo que una vez más huye y regresa a Atenas, esta vez para dedicarse por entero a la docencia.
Platón escribió numerosos libros siempre estableciendo el mismo hilo conductor donde un personaje que encarna a Sócrates responde a las preguntas de sus alumnos. Bajo este modelo literario basado en los diálogos escribió: la Republica, El Banquete, o el Fedón, entre otros.
La filosofía de Platón está basada en la separación del alma y el cuerpo. El alma está enjaulada, aprisionada en la materia. Establece una relación entre la realidad y la sombra, donde plasmamos en nuestro mundo, como si fuera un leve recuerdo de nuestra alma, la perfección de esa realidad original, única y verdadera.
Platón por tanto, cree que nuestros sentidos nos engañan y que sólo el conocimiento del alma es el fin fiable. En El mito de la caverna utilizado como recurso para el aprendizaje de su filosofía, muestra esa dualidad entre lo que es verdadero y lo que percibimos como tal.
Platón murió con ochenta años pero su Academia siguió en uso como referente filosófico hasta el s.VI


Surgieron diferentes corrientes con el paso de los siglos basadas en los preceptos de Platón. El neoplatonismo fue practicado por personalidades tan relevantes como Hipatia de Alejandría seguidora como su padre de esta corriente filosófica encabezada por el alejandrino Plotino un siglo antes. Destaca por la búsqueda de lo UNO como motor de existencia de todas las cosas, también referido en ocasiones como Dios y que carece de una descripción formal. Por otro lado Plotino argumenta que el nous o conocimiento vendría a ser una parte de lo Uno con la misma equivalencia que el sol y la luz y por tanto la búsqueda del conocimiento alejado de los sentidos constituye un acercamiento a lo Uno. La tercera realidad que Plotino destaca es el Alma entidad que dispone de dos variantes, una unida al conocimiento y la otra al mundo de los sentidos.
Las religiones posteriores, entre ellas la cristiana, bebieron extensamente de su filosofía como en el caso de San Agustín.

 

 

 

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