Pirámide de Cestio

Introducción

En los años de conquista romana de Egipto y muy especialmente durante la etapa de Julio César, se estableció un fuerte vínculo de admiración y rechazo, a partes iguales, por la cultura egipcia. Mientras algunos romanos sentían una fuerte fascinación por lo exótico y diferente de su arquitectura, otros contemplaban de reojo como las tradiciones romanas más ancestrales quedaban supeditadas a la cautivación que producía la fastuosidad de Egipto. 
En ocasiones he hablado de cómo se instauró el culto a Isis, romanizándose y estableciéndose con firmeza en el panteón romano como uno más, constatándose en el gran número de Templos dedicados a su personificación en muchas provincias romanas, incluyendo en Hispania y de como esta divinidad a priori bárbara fue adquiriendo protagonismo hasta el punto que Augusto clamaba durante su reinado que se retomaran las buenas costumbres romanas ante tal invasión de dioses extranjeros.
Pero no lo neguemos, Egipto debió causar la misma fascinación que produce ahora, si además es la mismísima Cleopatra la representante, no queda más que sucumbir al encanto de la elegante extravagancia de su imperio tal y como siglos antes había cautivado a Alejandro Magno.
 
Así pues, no debe resultarnos extraño encontrar entre las calles del centro de Roma, un monumento como el que hablaremos a continuación, la pirámide Cestia.
 

Qué es de quién 

 
La verdad es que el propietario debió pensar con buen criterio que tal monumento permanecería tan impertérrito como sus homólogas egipcias, y ciertamente no se equivocó. La pirámide que mandó construir en el 12 a.C aproximadamente siguiendo el estilo de las de Giza, representa la morada funeraria de un ilustre romano.
Sabemos quién es su morador final por la inscripción que reza en los lados oeste y este de la pirámide, algo usual en las necrópolis romanas y en la que se lee:
C · CESTIVS · L · F · POB · EPULO · PR · TR · PL
VII · VIR · EPOLONVM
 
" Cayo Cestio, hijo de Lucio Pobilio, miembro de los epulones, pretor, tribuno de la Plebe, septivirum de los epulones"
 
Ahora ya sabemos quién es y su condición social, nuestro Cayo Cestio ostentó altos cargos de la magistratura pública y además formó parte de uno de los cuatro colegios sacerdotales más importantes de Roma, los epulones, éstos eran los encargados de garantizar que tanto los sacrificios como las ceremonias de ofrendas a los Dioses cumplieran con las estipulaciones y ritos que marcaba la tradición. Contando que el propio César formó parte de los epulones y que en la época de Cestio el colegio lo formaban siete miembros, viene siendo lógico considerar que Cestio formaba parte de la élite social del s.I a.C. aunque resulta llamativo, sin duda, que siendo una personalidad tan profundamente costumbrista sucumbiera a la arquitectura egipcia frente a la tradición romana.
 
 
Además, bien por órden del propio Cestio o por indicaciones de sus herederos, se grabó otra inscripción que nos ofrece gran información sobre la construcción:
OPVS · APSOLVTVM · EX · TESTAMENTO · DIEBVS · CCCXXX
ARBITRATV
PONTI · P · F · CLA · MELAE · HEREDIS · ET · POTHI · L
 
"La obra fue concluida según su testamento, a los 330 días, bajo el arbitrio de su heredero Pontus Mela, hijo de Publio de la Gens Claudia y Poto, liberto"
 

Morfología de la pirámide

La pirámide Cestia está construída en ladrillo y recubierta por placas de mármol travertino, recientemente restaurada como pueden verse en las imágenes, posee una base cuadrada de unos 30 metros y de una altura superior a los 36 metros hasta su cúspide. En el interior se halla una bóveda de cañón rectangular que estubo ornamentada con frescos de las que se conservan unos cuantos rastros. Allí se hallaban los restos del difunto que desaparecieron previsiblemente por los saqueos posteriores desconociéndose si al más puro estilo egipcio se hallaban otros elementos decorativos, aunque sí se sabe que su voluntad contemplaba ser enterrado con sus telas más preciadas, aunque finalmente la venta de éstas financiaron el resto del monumento.
 
 
La pirámide aunque en su época de construcción se hallaba fuera de los límites de la ciudad y debido al aumento de la población en el s.III de nuestra era quedó adosada a la muralla aureliana como si ésta formara parte de la misma, que es tal y como puede verse en la actualidad.
A pesar de que la pirámide es el elemento más visible y destacable no fue el único que conformó el conjunto. En la imagen aérea del principio son apreciables las columnas y dos bases cuadradas que soportaban el peso de dos estatuas de bronce con sendas inscripciones de los herederos de Cestio. De esta forma se ha podido constatar que los sucesores del magistrado fueron igualmente generales y políticos ilustres de la escena romana.  
Cestio, nos legó información importante, por un lado la que hace referencia a su vida pública y personal por otro la relevancia que para la sociedad romana tuvo el impacto de Egipto y su cultura.
 
Mireia Gallego
Junio 2018
 

 

 

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