Los mosaicos hablan

 

Introducción

Cuando actualmente decoramos las estancias de nuestras casas, utilizamos diferentes criterios de selección basados en la practicidad, resistencia, estilo... Todo ello marca nuestro carácter y nuestras posibilidades económicas, es decir, describe nuestro gusto, pero también es cierto que globalmente se sigue un patrón en decoración bastante homogéneo, si a este hecho le añadimos que la información está al alcance de todos llegaremos a la conclusión que en términos generales la decoración de interiores está bastante difundida.

Es cierto, que existen diferentes estilos y que en la actualidad disponemos de muchas y muy variadas herramientas de construcción que permite una adaptación a los diferentes gustos pero arquitectónicamente se sigue una tendencia basada en lineas rectas, formas cúbicas, aprovechamentiento de la luz y decoraciones minimalistas.

En el caso que nos ocupa existió un perfeccionismo de la técnica en un proceso que ocupó varios siglos y que se extendió a través del imperio.

 

Orígenes del mosaico

La técnica de fabricación de mosaicos ya existía antes del explendor romano, de hecho griegos en el s. VII-VIII a.C, asirios y egipcios la utilizaban para la confección de suelos o aceras dispuestas con pequeños guijarros negros y blancos intercalados a los que posteriormente se le añadirían ciertos colores. La propia etimología de la palabra, de origen griego, designa lo inspirado por las musas, debido a la dificultad y exquisitez en su fabricación.

No obstante existe la falsa creencia que el mosaico únicamente designa a la obra realizada con pequeñas teselas cuadradas, cuando en realidad agrupaba cualquier obra realizada con trozos de piedra calcárea, vidrio, cerámica o mármol, talladas en diferentes formas y en disposición regular.

El mosaico es una técnica, efectivamente, pero también refiere a un arte en sí mismo. En origen, los romanos incluyeron estas técnicas para la decoración de suelos, no obstante con los años y con la perfección de una técnica cada vez más apurada, incoporaron el mosaico para su uso en las paredes y techos de las diferentes estancias, convirtiéndose en una tendencia generalizada.

 

Diseño y fabricación 

La técnica era extremadamente laboriosa e incluía muchos pasos previos antes de la colocación de las teselas. El artesano (Pictor imaginarius) bajo la supervisión del dómine realizaba un dibujo como boceto de la idea, una vez aprobado, se indicarían las gamas de colores que se utilizarían en cada segmento del dibujo, para posteriomente realizar una copia definiiva del boceto sobre un tejido más resistente, tela o papiro, quedando algo muy parecido a las plantillas que se usan para realizar el punto de cruz, con las variaciones de colores marcadas. 

El siguiente paso correspondía a la colocación de las teselas sobre cada sección del papiro, éstas eran dispuestas por el musivarius de forma invertida de tal manera que la zona policromada quedaba boca abajo, esto se debe a que en su fase final se daría la vuelta retirando la tela que ha servido de guía. Ese era el momento en que el mosaico salía del taller para ser conducido al lugar de colocación.

Independientemente del problema que supone la confección del mosaico, existe otro muy importante que es la técnica de nivelación del terreno. Para ello, los romanos aplicaban una serie de capas que incluía la grava (STATUMEN), una capa de mortero más ancha (RUDUS), una capa superpuesta de mortero con polvo de teja más fina que incluía algo de cal (NUCLEUS) y ya finalmente se colocaban las teselas. Las separaciones entre piezas eran rellenadas por una capa de mortero, se eliminaba el excedente y se pulían posteriormente con arena.

A pesar de que este procedimiento de diseño y colocación lo he resumido en tres simples párrafos, lo cierto es que exigía una gran cantidad de horas y un esfuerzo titánico que se veía recompensado cuando era contemplado tras su finalización. 


Villa del Casale Sicilia


Villa del Casale Sicilia


Villa del Casale Sicilia


A medida que el imperio iba extendiendo sus tentáculos, se crearon auténticas escuelas dedicadas al mosaico, llegandose a convertir algunas provincias en especialistas en complejas técnicas de dibujo y policromía. El Norte de África es un ejemplo de esta proliferación de artesanos, a los que se les tenía en gran consideración cuando la obra era titánica, la especialización fue tal que a diferentes zonas se les conocía por la técnica utilizada siendo más frecuente hallar mosaicos en blanco y negro provinientes de Ostia y policromados de África y Oriente.

 

Clases de mosaicos

No todos los mosaicos eran iguales ni perseguían el mismo propósito, por lo que habia que distinguir el funcional del meramente decorativo, por ello existe una diferenciación según técnica, tamaño o disposición.

- OPUS VERMICULATUM: Era el mosaico en el que se utilizaban pequeñas teselas y que permitían realizar con gran precisión los giros de las figuras y sus contornos, el tamaño de sus teselas a su vez permitía crear una efecto más realista debido a la posibilidad de incoporar gamas de colores más variadas dando relieve a las figuras.

- OPUS TESSELATUM: Al igual que el vermiculatum, pero el tamaño de las teselas era mayor.

 

- OPUS MUSIVUM: El utilizado en muros.

- OPUS SECTILE: Técnica que utilizaba pequños segmentos de mármol principalmente, recortado en diferentes tamaños, y formando principalmente figuras geométricas.

 

- OPUS SIGNINUM: Técnica de teselas bicolores (blancas y negras o  ligeramente rojizas) formando dibujos o cenefas decorativas. Esta uso estuvo muy extendido hasta el s.III, en el que prolifera el color.

 

 

Mosaicos de temática geométrica

Uno de los temas más apasionantes de la cultura romana es la pasión por exhibir, bien sea en el ámbito religioso, social, cultural o mundano. En una era en que los únicos medios de difusión de propaganda personal era la ostentación de las propiedades, era significativamente importante mostrar ante clientes o amigos el desembolso destinado para la decoración. Así pues, al igual que los muros estaban finamente decorados con pinturas que evocaban aspectos naturales o de cualquier otra índole, los mosaicos eran una forma magnífica de representar los gustos, aficiones y debilidades de los propietarios. Vamos a analizar las temáticas más utilizadas.


La geometría en los mosaicos romanos fue una técnica muy extendida y recurrente, la diferencia la marcaba principalmente los materiales utilizados o la técnica descrita anteriormente. Cubos, cuadrados, rectángulos, círculos aparecían como parterre único o combinado con otras figuras geométricas que permitía hacer un juego de efectos y colores. En el caso del Palatino, en el lugar donde se ubicaban los complejos palaciegos existió una tendencia a crear mosaicos de mármol traídos de diferentes zonas del imperio, perfectamente pulidos, y que reflejaban los muros y los ábsides de las estancias.  

 
 

La lógica nos dice que en espacios de miles de metros cuadrados este estilo era el más recomendado, ya que un mosaico de pequeñas teselas representaría un problema de confección y de mantenimiento. 

 

Mosaicos de temática doméstica

Este tipo de temática nos ha ofrecido una gran cantidad de datos adicionales sobre la forma de vida romana. 

Por un lado, información sobre alimentos, recipientes, y elementos decorativos, pero en un ámbito más particular y a falta de fotografías ilustrativas ;) , los mosaicos representaron una forma de mostrar los miembros de la familia, sus vestimentas, sus peinados y su posición social. En el siguiente mosaico hallado en la Villa del Casale, se puede ver en su centro un motivo erótico de la pareja, con los dos miembros representados a los lados por separado, y en la parte superior e inferior casi con toda seguridad los hijos.

Un elemento divertido y que al ocasional visitante de Pompeya o Herculano le resulta curioso es el mosaico a la entrada de la villa en el que se lee la frase "Cave Canem" traducido como "Cuidado con el perro". Pero ese aspecto no es el único que refleja una sociedad avanzada y exhibicionista sino que el mosaico se alzó como el elemento predilecto para focalizar la protección, la devoción, el deseo o lo cotidiano.

Esta clase de mosaicos debían ser confeccionados con teselas más pequeñas para facilitar los perfiles y las redondeces de las imágenes y para ahondar en detalles definidos. 

 

La sexualidad y los símbolos fálicos tuvieron una especial relevancia tanto en mosaicos como en las pinturas romanas murales, lo que ahora nos es impensable representar en nuestras casas, por una percepción personal y social del pudor muy condicionada por la historia, en Roma era visto como una necesidad o si se me permite como un augurio de prosperidad para la familia. 

 
 
 
 

Mosaicos de temática mitológica y religiosa

 

Esta temática será recurrente en la gran mayoría de las casas. El dios predilecto o protector familiar, el custodio de la población de residencia o simplemente el altar a los dioses Lares, serán motivos suficientes para que sean representados a través del mosaico, tanto en ambientes interiores como exteriores. 

No obstante, y al igual que en el cristianismo, la representación no era exclusiva para los dioses, sino para pasajes mitológicos, la villa del Casale dispone de un pasaje dedicado a Polifemo en su encuentro con Ulises, enclavado en el paraje que representa Sicilia y el Etna. Es decir, el mito se corresponde con una leyenda local al que el dómine hace un guiño personal.

 

 
 

Mosaicos de temática profesional

De la misma forma que en los epitafios de los sepulcros romanos se hacía referencia a la profesión del difunto, en los mosaicos se mostraban diferentes actividades lúdicas o profesionales que nos regalan episodios sobre como se desarrollaban.

Esclavos, agricultores, comerciantes, escritores, músicos, pescadores..tenían un espacio dedicado a sus profesiones, descritas con sorprendentes detalles que no sólo se centraban en la actividad sino en su entorno o incluso en el proceso productivo desde el origen hasta la finalización a modo de historieta gráfica y que ha ayudado en gran medida a proporcionar información sobre las herramientas utilizadas o sobre las técnicas de uso para su desarrollo profesional.

 

 
 
 
 

Mosaicos dedicados al ocio

De la misma forma que algunos hogares cuelgan los símbolos de su equipo de fútbol favorito o muestran las imágenes de deportistas de élite, en la antigüedad, este lugar lo ocupaban principalmente dos colectivos: los aurigas y los gladiadores.

Al más puro estilo fenómeno fan, el propietario ilustraba la imagen del ganador de su facción, o grababa para la posteridad el nombre del gladiador por el que suspiraban hombres y mujeres. Algunos eran representados con la palma victoriosa otros a modo casi de retrato. Pero con esos detalles tan cuidados, se ha logrado reconocer muchos aspectos sobre el funcionamiento o descripción de cada facción e incluso sobre las preferencias en el ocio de las provincias romanas.

 

Mosaicos naturales

El mosaico de elementos naturales podía representar elementos sencillos como hojas, árboles o flores, incluso en forma de elegantes y discretas cenefas o por el contrario convertise en una enciclopedia de fauna y flora, autóctona o extranjera. Esta temática fue recurrente y mostraba lo visto o aquéllo que se ansiaba ver, pero en cualquier caso animales terrestres, marítimos o aéreos fueron claramente escogidos por la delicadeza de formas y por una estética colorida.

 
 

Mosaicos en blanco y negro

Aunque pueda parecer que esta clase de mosaicos son los más rudimentarios y toscos, en realidad entrañaban una profunfa dificultad para el artesano que debía delimitar con total nitidez los contornos y los detalles para facilitar el reconocimiento.

 

 

Todas las ciudades que pertenecieron al imperio lograron asimilar esta costumbre que incluía la moda del mosaico para suelos y paredes de domicilios privados y negocios. En realidad, sería hacer un paralelismo con nuestras tendencias de admirar un cuadro, una escultura o una pieza arquitectónica. El mosaico era un sistema profesional, que exigía de una gran pasión, creatividad y paciencia. Muchos alcanzaron tal reconocimiento que firmaban sus obras pensando en la posteridad y en la fama que eso reportaba en beneficios económicos.

 

La proliferación de esta clase de mosaicos ha sido tan extensa que hoy por hoy evocamos la imagen del mosaico al imperio romano, por su nivel de especialización y capacidades técnicas que de alguna forma se equiparaban a su grandeza social y a su poderío militar. El mosaico es otra copia perfeccionada que consigue por méritos propios agenciarse como suya.

 

 

Mireia Gallego 

Abril 2015

 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

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