Corduba (Córdoba)

Introducción

Córdoba está delicadamente bañada por el curso del Guadalquivir. Eso, sin duda, permitió que los asentamientos pre-romanos fueran numerosos aprovechando las ventajas de disponer de los recursos fluviales y mineros de las explotaciones adyacentes. Primero ocupado por los tartésicos y posteriormente por los Cartagineses, la etimología de Córdoba se basa en dos hipótesis dieferentes, una por la contracción de las palabras Kart-Juba (la ciudad de Juba) en memoria del general que bajo mando de Amílcar Barca luchó en favor de los cartagineses, otra más fidedigna la reconoce dentro de la etimología de la palabra fenicia "Karduba" traducida como ciudad rica y preciosa, en cualquier caso, los romanos haciendo uso de la etimología original la latinizaron con el nombre de Corduba.

Marco Claudio Marcelo en el 169 a.C funda la ciudad junto al propio asentamiento fenicio en conviviencia pacífica, no obstante el poder romano ensombreció el asentamiento de tal manera que la población fue dejando la antigua Karduba para establecerse definitivamente en los dominios romanos. Marco Claudio estableció su residencia y pobló a través de patricios romanos las tierras bañadas por el Betis, ya que éste permitía el cultivo de olivos de una altísima calidad para ser exportados posteriormente a Roma. 

 
Puente de Córdoba

 

Durante las 5 siguientes décadas, Corduba siguió afianzando su relevancia estratégica, no es casualidad que fuera escogida por Viriato como una de las ciudades que debían ser conquistadas en su sublevación contra Roma, pero aun así la ciudad siguió con su carrera ascendente a ojos de la metrópolis.

Durante el s.I a.C la ciudad se vio sometida a los embistes de las dos facciones que luchaban en la guerra civil romana, los pompeyanos y los fieles a Julio César, aunque la ciudad había estado gobernada administrativa y económica en años anteriores por los afines a César lo cierto es que los habitantes se habían posicionado del lado pompeyano pues habían sido los herederos de Pompeyo los que habían dotado a la ciudad de la designación de Colonia, la decisión de posicionarse del lado de Pompeyo perjudicó y de qué manera en su condición privilegiada. César acabó con el hijo de Pompeyo y castigó con mano de hierro a la ciudad, asesinando a casi la mitad de la población como golpe de efecto para evitar futuros nucleos de rebeldía.

Debido a tal genocidio, la ciudad debió ser "repoblada" a través de nuevos habitantes venidos de Roma y completarla con los ciudadanos autóctonos. Tras unos años de incertidumbre y de restauración del orden, Córduba vivió su máximo apogeo con Augusto.

 

Durante el mandato de Augusto y su reestructuración de Hispania se dotó a Córdoba del máximo honor, convirtiéndose en capital de la Hispania Ulterior Baética e iniciando un proceso de embellecimiento a la altura de su nuevo estatus, motivo por el cuál se acuñan monedas, se reforma el foro y se contruye el teatro. Durante la época imperial se construye uno de los Templos, el circo, plazas públicas y nuevos acueductos que abastezcan a la ciudad.

Durante los siglos venideros la ciudad gozó de un nivel de vida privilegiado, se cree que sus habitantes (principalmente patricios) desarrollaron un gran mercado de abastecimiento de materias primas que reportó a través de su comercialización gran fortuna personal y social a través del mecenazgo local.

Posteriormente el cristianismo se asentó con fuerza en Córduba, pero las ocupaciones bárbaras acabaron finalmente con cualquier resquicio romano.

 

Los restos

A pesar de la vasta influencia posterior que recibió Córdoba, se mantienen firmes algunos monumentos romanos de gran importancia. El puente de más de 300 metros y 16 arcos es quizás la obra arquitectónica por excelencia, a pesar de que está reestructurado y muy muy reformado, el puente significó la apertura de la ciudad, siendo calzada perteneciente a la Vía Augusta y por lo tanto lugar de paso de mercancías y población. El puente seguramente substituía uno previo pero su construcción en el s.I ha perdurado durante siglos.

 

Templo romano de Córdoba 
 

El Templo situado en la calle de Claudio Marcelo fue iniciado durante el imperio de Claudio, y fue descubierto accidentalmente y restaurado en los años 50. Es posible que se ubicara dentro del complejo del foro provincial de la ciudad, rodeado por un pórtico y frente al Circo de la ciudad.

En realidad este templo es singular en sus elementos constructivos, inicialmente contaba con 6 columnas frontales (hexástilo) y 10 laterales, construído enteramente en mármol. El podio, muy alto por cierto, disponía de una escalinata que se conserva parcialmente. El templo es de grandes dimensiones con una anchura de 16 m y una longitud de 32 m y de orden corintio, no obstante esa particularidad de la que hablamos se localiza en la cimentación del Templo, que para soportar el desnivel del terreno, el peso y su magnitud se dispuso en forma de abanico (técnica denominada antérides). Los aledaños del Templo se disponían en terrazas a diferentes desniveles y ello de alguna forma multiplicó el efecto visual en relación a su altura. Este Templo se cree que estaba dedicado al culto imperial (Emperadores divinizados) mientras que un segundo templo estaría basado en el culto a Marte.

 

La puerta del Puente no es una construcción romana pues es muy muy posterior, pero la he incluído por estar ubicada originariamente donde se hallaba una puerta posiblemente de época republicana que servía de acceso desde el puente a la ciudad de Córdoba, la puerta era un acceso adosado a la muralla. A pesar de que lo que actualmente contemplamos es una reconstrucción muy modificada nos hacemos una idea superficial del area de delimitación de Córdoba.

 
Puerta del puente de Córdoba
 
 

El Teatro romano de Córdoba, es una estructura hallada de forma parcial y segmentaria en la zona ocupada actualmente por el Museo Arqueológico. A pesar de que se conservan algunas filas de graderíos, la gran estructura permanece diseminada en las calles colindantes, no obstante el análisis de los mismos permiten llegar a la conclusión que sus dimensiones (125 m) alcanzaban casi las del Teatro de Marcelo en Roma, tanto por capacidad, 15.000 espectadores como por su técnica constructiva. Construido casi con toda seguridad en época Augusta, supuso un empuje importante para la colonia y en general como referencia para toda la Hispania Ulterior. 

 

Otros de los yacimientos que podrían haber tenido una relevancia mayor de no ser por intereses económicos es el Palacio de Maximiano Hercúleo. Descubierto accidentalmente por la construcción de la estación del tren (AVE), se presentó como un hallazgo sorprendente por sus dimensiones de casi 400 m, y por los elementos decorativos de gran valor hallados en pavimentos y murales.

A pesar de la importancia del yacimiento, la estación se construyó parcialmente sobre ella, eliminando la posibilidad de verla de forma genérica para admirarla en su conjunto. 

Se cree que el complejo se asentó sobre antiguas domus patricias, casi en los límites de la ciudad y por orden de Maximiano s.III y IV, debido a la disgregación del poder imperial en diferentes sectores territoriales o para un mayor control gubernamental y administrativo de las provincias, otras teorías apuntan a construcciones de época cristiana y no como residencia imperial. El palacio consta de diferentes edificios envolviendo un criptopórtico semicircular, el central, posiblemente la residencia imperial estaría coronado por un ábside, los edificios paralelos se componen de diferentes salas administrativas para la recepción de visitas, apartamentos o de uso del personal.

 

Imagen aerea del Palacio de Maximiano Hercúleo

 

El Miliario era una estructura grabada que marcaba las distancias hacia otros lugares o recomendaciones de uso de la vía. Ubicados en las calzadas romanas se han hallado en gran número y han ofrecido información esencial para la ubicación y trazado de las mismas. En Córdoba debido a su relevancia en cuanto a zona de trasiego de mercancías se han podido hallar varios de estos marcadores. 

 
Miliario romano 
 

El Anfiteatro de Córdoba estaría ubicado en las inmediaciones de lo que actualmente es la Universidad de Córdoba. A pesar de que no se dispone de restos visitables sí que se tiene constancia de la importancia de sus dimensiones, convirtiéndose en el tercer anfiteatro romano más importante del mundo por sus dimensiones.

Otros restos, estos sí visitables, se hallan en el Alcázar de Córdoba, en concreto se hallan mezclados con otros datados de época fenicia y épocas posteriores ya durante la ocupación árabe.

 

Restos romanos en el Alcázar de Córdoba
 

El molino de Albolafía se encuentra junto al puente romano de Córdoba, a pesar que la Noria es de época de Abderramán II utilizada para el transporte de agua al Palacio, el molino data de época romana, utilizado para la fabricación de harina. De estructura regia y posado sobre una de las isletas del río, aprovechaba el curso de Guadalquivir. Construído en hileras de sillares fue reconstruído a posteriori con el estilo morisco.

 
Molino romano de Albolafia
 

Córdoba al igual que las demás ciudades pertenecientes a la Bética ha evolucionado partiendo de un legado multicultural, que todo o mucho tiene que ver con las posiciones estratégicas y por supuesto por los recursos que ofrece su río. Descubrir es entender, un paseo por Córdoba es la constatación de una historia milenaria que debemos desgranar.

 

 

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