La República

Historia de la República

Tras la expulsión de Tarquinio como regente de Roma, los cien hombres que configuraban la asamblea, afianzaron el sistema republicano como único sistema político libre de cualquier tiranía. Este centenar de ciudadanos se encargaban de nombran a dos cónsules con plenos poderes por un periodo no superior a un año evitando la posible usurpación de poder por parte de alguno de ellos.

La asamblea tuvo que regular su propio sistema administrativo, incluyendo nuevas leyes que procuraran en cierta manera erradicar el descontento de la plebe, que veían como los grandes señores territoriales patricios (amos de sus tierras) les acosaban a impuestos imposibles de liquidar. Ello comportaba que la población romana estuviera divida en dos grandes grupos los patricios y los plebeyos, no obstante un pueblo guerrero y en constante expansión, debía disponer de una maquinaria militar que le permitiera hacer frente a los continuos ataques. 

La expansión territorial de Roma fue modulando paulatinamente su política interna, siendo necesaria una legislación extensa y adaptada a unas necesidades cambiantes ya no sólamente a nivel de ordenamiento jurídico sino de nuevos cargos públicos en su propia red de magistraturas. El crecimiento demográfico y territorial requería de mayor personal administrativo que garantizara su propia estabilidad económica y social.

 

Fueron años de duros enfrentamientos territoriales, Roma tuvo que luchar con Aníbal, dando paso a un período bélico conocido como las guerras púnicas. Tras la importante victoria de Escipión el Africano sobre las tropas cartaginesas, la república se dio un nuevo respiro pero aún quedaba aplacar el descontento de los soldados-plebeyos que veían que a pesar de su sacrificio personal quedaban desprovistos de tierras que garantizaran su subsistencia.

Un grupo de ciudadanos encolerizados por la situación de desigualdad se atrincheraron en una colina exigiendo representación en la asamblea, finalmente y después de arduas negociaciones, se instaura el Tribunado de la Plebe, es decir representantes del pueblo con derecho a voto y veto en las asambleas. La figura de los Graco ayudaron en gran medida a que los ciudadanos plebeyos gozaran de nuevos derechos y de una mayor calidad de vida, en una Roma en la que la gente moría de hambre y de enfermedad, Tiberio Graco aprobó una ley agraria por la cual las tierras pasaban a partes iguales a los plebeyos de los que se hacían propietarios y con las que podrían  vivir dignamente. Graco fue asesinado y su ley no fue aprobada por el senado. Posteriormente su hermano Sempronio Graco intentó aprobar otra  ley que beneficiaba en gran manera a la plebe y que consistía en ofrecer trigo a bajo precio así como el apoyo institucional a los pequeños comerciantes de Roma. Sempronio, como su hermano, fue asesinado, quedando sin efectos sus leyes.

Durante los años siguientes, entre el 107 y el 103 a.C Roma tuvo que hacer frente a las continuas amenazas que venían de las tribus galas y de los Teutones. Por su parte Yugurta, general Africano, presionaba las provincias romanas del norte de África. 

En el año 107 a.c. Mario, cónsul de Roma, se enfrentó finalmente a Yugurta. El lugarteniente de Mario, llamado Sila, logró capturarle mientras Mario regresaba a Roma para frenar las invasiones de las tribus galas con tropas profesionales alistadas de entre los plebeyos. Era la primera vez que un general reclutaba soldados profesionales a los que ofrecía un salario. La campaña fue un éxito y Mario ganó en Aqua Sextiae.

La popularidad de Mario iba en auge y fue nombrado por sexta vez cónsul de Roma, poseía el apoyo de la plebe y del ejército. Gracias a su intervención intentó que se aprobaran las leyes iniciadas por los Gracos, por las cuales los soldados recibirían tierras a modo de compensación económica, no obstante el senado desestimó la propuesta, iniciándose una revuelta en el año 99.a.c.

Mario viéndose imposibilitado para apoyar a sus hombres y perdiendo su popularidad por momentos decidió apartarse de la vida pública de Roma durante 10 años. Durante los años siguientes la situación no mejoró. Senadores como Marco Livio Druso, en vano intentaron promulgar leyes que favorecían a la plebe, siendo asesinado finalmente. El senado llegó a prometer la ciudadanía aquellos que no secundaran las revueltas callejeras pero nada funcionaba, la gente estaba descontrolada.

Finalmente el senado llamó de nuevo a Mario, no sólo para hacer frente al descontento de la población, sino para enfrentarse con las tropas en Asia de Mitridates, que aprovechando el caos de la situación de Roma, iba presionando las provincias romanas en Asia. No obstante, Sila, en ausencia de Mario, había sido el encargado de frenar a Mitridates prometiendo a sus tropas el botín de guerra por lo que se negó a entregar el poder de las legiones a Mario.

Finalmente, el general Sila, decide marchar sobre Roma. Era la primera vez que un romano entraba en la ciudad con las legiones. Se iniciaba la primera Guerra Civil.

 

imagen de Sila Creative Commons

La Guerra Civil

Sila marchó sobre Roma y después de numerosos enfrentamientos, Mario tuvo que huir de la ciudad dejando el control del imperio en manos de Sila.

El nuevo amo de Roma, entró en el senado y juró respetar la institución republicana, poniendo como cónsules en ese año a Cinna y Octavio mientras él y sus tropas se ausentaban de la ciudad en dirección de nuevo a Asia para frenar al rey de los partos.

No obstante, Cinna, en ausencia de Sila llamó a Mario desde el exilio y aunque el senado se negó, el cónsul y Mario lograron reunir tropas con las que Mario aniquiló a los partidarios de Sila en la ciudad, colgando sus cabezas y desposeyéndoles de su patrimonio y riquezas. Finalmente, Mario muere dejando sólo a Cinna que vuelve a ser reelegido cónsul.


Mientras, Sila, había logrado pacificar el Este. Enterado de la situación de Roma regresa a la ciudad después de 3 años clamando venganza por la actuación del cónsul. A su llegada da muerte a Cinna y a todos sus partidarios, iniciando un periodo de proscripciones, en las que se dedicó a asesinar y a confiscar las propiedades de todos los que se habían posicionado por Mario y Cinna. Uno de ellos Quinto Sertorio logra huir a Hispania iniciando una revuelta apoyando a los rebeldes Hispanos en contra de Roma. No obstante el general romano Pompeyo, a las órdenes de Sila aplacó la revuelta. En el año 83 a.C Sila ya había eliminado los privilegios de la ley impuesta por los Graco y había hecho limpieza en el senado obligando a través del miedo a que le nombraran DICTATOR.

La época de Sila a pesar de estar dominada por el terror a las venganzas del dictador también fue próspera y procuró una cierta estabilidad a los ciudadanos. En el 79 a.C dejó su cargo de dictator retirándose, un año más tarde en el 78 a.C. Sila muere.

A la muerte de Sila se inicia un período de cierta estabilidad en la república como institución pero no a nivel interno. Los senadores reciben sobornos para aprobar leyes que benefician a unos y otros y se establece una lucha de poder entre los hombres más importantes. Como grandes defensores de la república se perfilan Catón y el gran orador Cicerón.

Pompeyo, César, y Craso en la década del 70 a.c al 60 a.c se encumbran como los hombres fuertes de la república por las influencias económicas y políticas, iniciando debido a intereses comunes el primer Triunvirato de la historia de Roma, una especie de pacto entre caballeros por el cual se dividían el control del imperio aprobando leyes que favorecieran sus intereses y los de los ciudadanos. Con ello César, lograba comandar las tropas hacia la Galia, Craso hacia Asia y Pompeyo quedarse como Primer hombre de Roma. Para afianzar el triunvirato Pompeyo se casó con Julia, la única hija de César. No obstante Pompeyo viendo que las campañas de Julio en la Galia le reportaban gran popularidad entre la plebe romana y debido a la muerte de su mujer Julia y su otro socio Craso, decide controlar el senado y hacer que éste le proclame cónsul en solitario. El senado, intimidado por las victorias de César y temiendo que este quisiera usurpar el poder como había hecho Sila deciden quitarle el imperium y control de las tropas de la Galia y desposeerle del título de cónsul.

César, humillado y sin salida, cruza el Rubicón, e inicia la segunda gran guerra Civil. César vence a las tropas republicanas en la batalla de Farsalia y se erige como Dictator perpetuo. Pompeyo muere a manos de los egipcios cuando desembarca huyendo de las tropas de César. La política del nuevo dictador fue de las más brillantes de la historia romana, con una impecable política económica que favorecía a los más debilitados después de la guerra. No obstante, los senadores republicanos que habían luchado en las tropas contra César y que ahora se veían sometidos a él, como Casio y Bruto, decidieron poner fin a su vida el 15 de Marzo del 44 a.c.

La muerte de César inició una nueva guerra entre los que apoyaban a Octavio, sobrino de César, y quienes apoyaban a Marco Antonio. la victoria de Octavio consolidó el fin de la República como único órgano de gestión política iniciándose el periodo imperial. 

 

Sistema Republicano

Para entender el sistema republicano de Roma, es necesario explicar la composición y división del pueblo, pues esa es la base fundamental de las instituciones. el concepto de República no es en ningún caso el que tenemos ahora en nuestros días, la entenderemos mejor como RES PUBLICA (traducido literalmente como los asuntos del pueblo).

Roma estaba formada casi en un sistema piramidal, en la cúspide política se situaban las familias aristocráticas (ver patricios) con poder y nombre Nobilitas, es decir, las familias con apellidos: los Claudios, los Julios, etc... que eran familias adineradas y de gran prestigio y que por lo tanto podían optar a los cargos de la república más importantes: cuestores, pretores, cónsules...

Seguidamente, estaban los llamados Boni es decir, caballeros que establecían un grupo con menos apellido pero con poder de veto y voto en el senado. Para pertenecer a este selecto grupo debías disponer de unos bienes determinados. 

En tercer lugar estaba la Plebe, dividida en diferentes grupos ya que no era la plebe un grupo homogéneo sino que dentro de este grupo habían diferenciaciones muy importantes, por un lado estaban aquellos ciudadanos como por ejemplo los comerciantes y agricultores y que disponían de la ciudadanía romana, significando ello que disponían de voto en el senado, no por ellos mismos sino representados por los tribunos de la Plebe, aunque su importancia social que no política no fuera como la de los boni o la de los nobilitas obviamente.

En la plebe también estaban incluidos los libertos, es decir antiguos esclavos a los que les habían dado la libertad, ellos no tenían derecho a voto pero sí la descendencia futura de éstos, ya que sus hijos eran nacidos libres. Los esclavos eran plebe pero no disponían de ningún beneficio a nivel político, no tenían ningún derecho a voto y sólo podían esperar ser liberados por sus amos en algún momento de su vida.

Durante la República el territorio romano se expandió en todo el mediterráneo y eso procuró tener unos ingresos enormes en las arcas públicas de Roma, pero eso también significaba en gran manera que habían algunos vacíos en el sistema republicano a la hora de hacer una red administrativa y de control público que abarcara tal cantidad de territorios. Hay que tener en cuenta que aquellas poblaciones que Roma había conquistado no tenían ningún derecho de elección de cónsules por poner un ejemplo y aunque si bien se beneficiaron del sistema romano de infraestructuras, comercio, etc... no disponían de la ciudadanía romana, eso sólo estaba reservado a los habitantes de la ciudad, de ahí la denominación de Roma como ciudad- estado, pues se centralizó todo el poder y las decisiones del imperio en la Curia que se aposentaba en el Foro.

Tener el poder de Roma era por lo tanto tener el poder de todo el imperio. La división del senado ya lo hemos visto a grandes rasgos, los nobilitas, los caballeros, la plebe...., pero ¿dónde residía verdaderamente el poder? Muy sencillo, en las asignaciones de cargos públicos. Hay que entender que los grandes cargos estaban reservados a los nobilitas, a esas familias aristocráticas que perpetuaban su selecto grupo de poder casando hijas de una familia con hijos de otra y entrelazando nombres de gran prestigio. 

Vamos a explicar de una manera simple y esquemática los cargos que ocupaban y la importancia de éstos, ahí entenderemos un sistema que aunque organizaba de manera magistral todos los asuntos concernientes al imperio también causó enfrentamientos y estableció un sistema de votación corrupto. Si deseas profundizar más sobre el Cursus honorum o las magistraturas y cómo se llegaba a ellas, pincha aquí.

 

Cargos públicos

 

El sistema político romano estaba configurado por diferentes cargos con mayor o menor importancia. 

CÓNSUL : El cónsul es uno de los cargos de mayor importancia en el conjunto de las magistraturas. El cónsul poseía el IMPERIUM que es el control de las legiones y la potestad para decidir sobre la vida y la muerte de un ciudadano. Si bien poseían un gran poder éste era un cargo con un tiempo limitado. Los dos cónsules eran elegidos por todo el senado, se sometían a votación y exigía una rotación continuada entre todos los que podían optar al cargo. Este cargo tan importante estaba en manos reducidas, los cónsules eran escogidos anualmente, legislaban y aplicaban las leyes escritas, eso quiere decir que el sistema republicano no sólo se basaba en la aplicación de leyes antiguas sino que estaba en constante renovación debido a las nuevas problemáticas que podían surgir de la ampliación del territorio conquistado. Como norma general la elección del cónsul venía por los sobornos que los candidatos ofrecían  estableciendo un sistema de "quid pro quo" (algo a cambio de algo) por lo que en muchas ocasiones el cónsul elegido aprobaba leyes que favorecían a los que habían sido sus votantes. Teniendo en cuenta que ninguno de los cargos de la magistratura romana recibía remuneración sino prestigio intentaban mantener un cierto consenso que permitiera continuar con la estabilidad de todo el imperio. Los proconsulados son los mismos cargos y responsabilidades del cónsul pero en las provincias conquistadas.

PRETOR : El pretor es un cargo ligeramente inferior al del cónsul, también poseía el IMPERIUM pero sin tantas asignaciones, su poder era más limitado y era el encargado de la administración de la justicia y los litigios tanto públicos como privados.

CUESTOR : El cuestor era la magistratura que controlaba el erario y las fianzas públicas.

CENSOR : Aunque pueda parecer un cargo menor el Censor es la magistratura más importante del Cursus Honorum. Reservado a unos pocos privilegiados que habían sido cónsules al menos una vez, eran los que gestionaban el censo de la población y los que se encargaban de ordenar la construcción de vías públicas o grandes infraestructuras como acueductos, edificios, Templos, etc... Se escogían cada 5 años y la magistratura duraba un año y medio. El periodo de 3 años y medio sin censor servía para dar tiempo a la construcción de lo aprobado durante su mandato.

EDIL : éste era un cargo menor. El edil sería el equivalente a nuestros alcaldes actuales, de hecho reciben aún el mismo nombre. Su cargo les obligaba a la celebración de juegos y espectáculos para el pueblo y a garantizar el bienestar de los barrios de la ciudad, su mantenimiento y el control de la seguridad pública.

DICTADOR : Los senadores tenían auténtico terror a la figura del Rey, habían depuesto al último con la fijación de no volver a instaurar una nueva monarquía. No obstante crearon la figura del Dictador que era un cargo excepcional, únicamente para casos en los que se ponía en peligro la estabilidad del imperio, podía ser debidos a conflictos, guerras internas o seguridad máxima. Este cargo sólo podía tener una duración de 6 meses, una vez finalizado este plazo se establecía de nuevo la organización mediante la asignación de cónsules o se prorrogaba si la situación lo requería seis meses más.

TRIBUNO DE LA PLEBE: Al igual que en otros cargos su número se fue ampliando paulatinamente según las necesidades, empezaron nombrándose dos y posteriormente se fueron incrementando hasta llegar a los diez. Escogidos por la propia plebe desde las filas de los suyos o del orden ecuestre, el Tribuno adquiría un carácter casi sagrado. A pesar de que quedaba supeditado al control del Senado, el Tribuno podía tumbar leyes consulares, edictos o reunir a la curia cuando fuera necesario e incluso denunciar a magistrados o promulgar leyes propias.

EL CONTROL RELIGIOSO

 

PONTÍFICE MÁXIMO: Este es el mayor cargo religioso, hay que tener en cuenta que en esta época estaba íntimamente ligada la política y la religión, por lo que las decisiones importantes eran inicialmente consultadas mediante sacrificios a los Dioses, y estos sacrificios se llevaban a cabo por la mediación del augur, acostumbraban a ser sacrificios con reses (vacas o bueyes sagrados), según las conclusiones del ritual se informaba al senado y éste decidía qué hacer. El pontífice residía en uno de los edificios del Foro con su familia durante el período que durase su cargo, además junto a él residían las vestales (vírgenes consagradas a Vesta) que desempeñaban las funciones que el pontífice les asignaba. Ellas eran las encargadas de mantener el fuego consagrado permanentemente encendido, custodiaban los testamentos y se encargaban de realizar la Mola salsa, unas tortas de trigo sagradas utilizadas para los rituales que se llevaban a cabo durante el año. Habían otros cargos religiosos de gran responsabilidad pero mucho menor que la del pontífice Máximo los llamados FLAMEN, que estaban consagrados a diferentes deidades, a Júpiter, a Marte, etc.

Esa sociedad romana tan supersticiosa y piadosa disponía de otros colegios religiosos con miembros seleccionados muy minuciosamente que garantizaban la protección de determinados cultos, así disponemos de los Colegios sacerdotales pontificios, Feciales, Epulones, Decenviros o augures. 

 

Principales figuras de finales de la república

Se tendrían que destacar centenares, pero lo que voy a hacer es nombrar a aquellos pocos que formaron parte del senado en los últimos coletazos de la república, corría el siglo I a.c..

Marco Tulio Cicerón: de él poseemos mucha de la información que se tiene sobre el período y las instituciones republicanas mediante sus discursos públicos y escritos judiciales. Cicerón era un hombre de gran inteligencia, hijo de una familia adinerada pero que no poseía el gran apellido de los nobilitas romanos. Aprendió retórica en Grecia y volvió acabados sus estudios instalándose en Roma y casándose con Terencia una mujer de gran carácter que le apoyaba en su ascendente carrera senatorial y que disponía de un gran patrimonio.

Cicerón era un abogado excelente posiblemente de los más brillantes que ha habido en la historia. Su retórica a la hora de hacer discursos decidía al jurado hacia dónde decantarse, su cotización en auge se debía a que no perdía demasiados juicios a pesar de que su cliente fuera de antemano culpable, eso le produjo muchos beneficios no solamente a nivel económico sino a nivel personal, puesto que aquellos que defendían en cierta manera los convertía en aliados políticos. Fue partidario de Pompeyo Magno al que tenía en gran estima, y este es un dato interesante porque será el motor de su vida política. Cicerón fue nombrado cuestor de Sicília, cargo que desempeñó con habilidad, seguidamente obtuvo el cargo de pretor y finalmente el de cónsul. Cicerón es conocido principalmente por desenmascarar el conjuro de Catilina, según el cual Catilina pretendía instigar una revuelta en Roma que acabaría con el asesinato del mismo Cicerón. Catilina fue hallado culpable y consiguió que se les condenaran a muerte, algo que hizo que algunos sectores del senado se sintieran incómodos, Clodio ,uno de sus principales enemigos, le acusó de no hacer justicia con los acusados y condenarlos innecesariamente. Clodio, que anteriormente había sido acusado por Cicerón en un juicio por su sacrilegio en una fiesta a una deidad femenina sólo permitida a mujeres, se dedicó a pagar a matones que acosaban a Cicerón y que pretendían asesinarle a la que asomara la cabeza en la calle. Esta rivalidad continuaría más aún cuando César mostró a Clodio la manera de obtener el cargo de tribuno de la plebe, mediante la adopción de Clodio por una familia plebeya. Ello originó que Clodio se pusiera de parte de César y acosara aún más a Cicerón.

Cicerón tuvo uno de sus peores momentos cuando Pompeyo, Craso y César se unieron para crear el primer triunvirato, eso le hizo exiliarse, no obstante con la muerte de Craso y su enemigo César luchando en las Galias, volvió para apoyar a Pompeyo para que éste fuera cónsul único de Roma. La suerte no le acompaño y el regreso de César como dictador vitalicio después de su entrada triunfal a Roma, le obligó a exiliarse de nuevo. Finalmente y a la muerte de César, regresó al senado y apoyó fervientemente a Octavio Augusto frente al conflicto con Marco Antonio. Finalmente murió asesinado por orden de este último.

 

Marco Porcio Catón: Fue el más firme opositor de César desde los principios. Catón el joven, como se le conocía para hacer una diferenciación con su bisabuelo Catón el censor, era un hombre de gran carácter con un fuerte sentimiento de apego a lo que representaba la República. Su inquietud principal era frenar el avance continuo de la fama de César, del que creía se haría Primer hombre de Roma por la fuerza, barriendo la República. Dedicó gran parte de sus esfuerzos a aliarse con aquellos que eran opositores de César principalmente los optimates, entre los que se encontraban Bíbulo.

Catón intentó vanamente dilapidar la imagen de César y encontró una luz cuando Pompeyó rompió el triunvirato con este último para ser el primer hombre de Roma, Catón votó a favor del nombramiento de Pompeyo haciendo que César no tuviera más remedio que quedarse en las Galias renunciando a su imperium, (en ningún caso podría entrar en Roma con las legiones), y de esta manera obligarlo a un exilio forzado a César si no quería ser condenado por rebelión. Pero las cosas no salieron como Catón esperaba y después de ser derrotada la facción de Pompeyo en Farsalia tuvo que huir. Intentó en vano reunir legiones de oposición pero todas ellas fueron aplacadas. Catón se suicidó tras comprobar que la república estaba acabada.

 

Marco Licinio Craso: nació en el 114 a.c., esto le llevó a vivir la guerra civil entre Mario (tío de julio César) y Sila. Craso se hizo partidario de Sila cuando volvió de Hispania a Roma. Es conocido por ser uno de los hombres más ricos de Roma y por ser el encargado de comandar las legiones para acabar con la rebelión de Espartaco.

Craso formó parte del primer Triunvirato junto a Pompeyo y César, gran amigo de este último le prestó dinero cuando César lo necesitó debido a las deudas que había alcanzado por las fastuosas celebraciones de César en su año de cónsul. Este triunvirato se repartió de la siguiente manera: Craso quedaba a cargo de la Hispania y de Roma, Pompeyo de Siria y César de la Galia. No obstante Pompeyo debido a la delicada salud de su mujer Julia solicitó un cambio a Craso, quedando este último a cargo de Siria.

Craso utilizó el cargo para intentar equiparar su carrera militar a los éxitos de Pompeyo o César por lo que intentó socavar las revueltas de los Partos. No obstante, su escasa experiencia jugó en su contra y los Partos le hicieron una emboscada que acabaría con su muerte y la de sus legiones en Carras. Pompeyo al enterarse de la muerte de Craso y temiendo la superioridad y fama de César urdió el plan que le haría ser el Primer hombre de Roma.

Cneo Pompeyo Magnus : Picentino de Nacimiento, Pompeyo apodado posteriormente por él mismo como "El Grande", se inició en la guerra apoyando a Sila contra Cinna.  Pompeyo alcanzó gran fama y fortuna y aprovechando esto dirigió sus campañas de África y Sicilia, esta última enfrentándose a los Numidias que se habían apoderado de las raciones de trigo que Roma necesitaba para su subsistencia. 

A la muerte del dictador Sila, decide cambiar de rumbo y dirigir el mismo su carrera política, sabía que para saltarse todos los pasos para llegar a ser cónsul debía conseguir primero que Roma le otorgara poder y eso sólo lo podía dar el senado, así que cuando Sertonio inició una gran revuelta en Hispania, Pompeyo sobornando a los senadores logró hacerse con las legiones romanas para frenar su avance. Después de algunos errores en batalla logró acabar con la revuelta y pacificar de nuevo Hispania. Al llegar a Roma la gente ya lo aclamaba, por lo que el senado haciendo una excepción concedió el consulado al año siguiente a Pompeyo sin haber sido pretor ni cuestor como fase previa. Pompeyo principalmente destaca como militar,  eliminando por una parte la piratería en el Mediterráneo que estaba ocasionando verdaderos estragos comerciales, o a través de sus conflictos bélicos con el rey Mitridates en Siria.

A su vuelta se dio cuenta que aunque tenía dinero y su fama estaba en auge precisaba la ayuda y el apoyo de los patricios que ocupaban el Senado. Se casó con Julia convirtiéndose en yerno de César, lo que le permitió establecerse como miembro del primer Triunvirato formado por él, Cesar y Craso. La muerte de este último en su batalla contra los partos la vio como la oportunidad de anular el pacto con César y hacerse con el control de Roma, nada le unía a César puesto que Julia murió dando a luz a su hijo que también pereció en unos días.

A la muerte de Julia, Pompeyo se casó de nuevo pero esta vez con una aristócrata que le permitía acceder a ciertos ámbitos de poder. Pompeyo fue nombrado en ausencia de César cónsul único de Roma con ayuda de los votos de sectores como los optimates o los tribunos de la plebe, instaurando una ley que obligaba a César de una manera muy sutil a no pisar Roma sin ser condenado de traición. César cogió sus legiones y cruzó el Rubicón, obligando a que Pompeyo se exiliara a Grecia. Después de que César llegara al poder y sometiera al senado a una intensa limpieza, dirigió las legiones hacia Farsalia donde acabó con las tropas de Pompeyo obligándolo a retirarse  a Egipto, pero sólo llegar a tierras egipcias fue asesinado por orden del regente Ptolomeo, acabando así con los sueños de grandeza de un picentino de grandes hazañas apodado MAGNO.

Estos son algunos de los personajes que más sobresalieron en la última fase de la República pero si hay uno de una importancia clave esa es Cayo Julio César al que he hecho un apartado especial, puesto que sus obras marcaron el fin de la República y el principio del sistema Imperial.

 

 

 

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