Sobre la correspondencia entre Plinio y Trajano

Introducción

Hace ya años que, interesada por lo cotidiano en el mundo grecorromano, inicié una compra compulsiva de libros escritos por autores de la época con la esperanza de hallar en ellos aquéllo cuánto necesitaba saber, así pues en ese delirio momentaneo adquirí libros de Cicerón que hablaban de retórica, la Guerra de las Galias y la Guerra Civil de Julio César o de Plinio el Viejo con su gran tratado sobre la naturaleza. 

No obstante, a pesar de que Marcial o Juvenal nos muestra de forma magistral aspectos de la vida cotidiana, hubo un libro que despertaba la curiosidad en mí desde hacía años: El panegírico del emperador Trajano de Plinio el Joven junto a las epístolas I-X. De entrada, cuando ves el tamaño del libro, te horroriza, por suerte los e-book en estas cuestiones han hecho más liviana la portabilidad, y aunque me niego a someterme al libro digital por pura cuestión de romanticismo, no negaré que dudé si adquirirlo valía la pena si ello me ocasionaba una luxación de hombro.

Por suerte, y dejando de lado mi exageración, compré la edición de Cátedra y lo ubiqué en un espacio preferente de mi estantería, con la esperanza de que hallaría el tiempo suficiente para leerlo con detenimiento y tras haberlo empezado en multitud de ocasiones finalmente ha llegado el momento de difundirlo para vuestra información.

Para que entendáis su importancia hay que colocar a Plinio en su segmento histórico, ya que sus orígenes y sus capacidades intelectuales son básicas para entender su obra y el por qué de la temática escogida. Partiendo de la base que Plinio era sobrino de Plinio el viejo ya podemos deducir dos cuestiones, la primera que su familia era patricia y por lo tanto de una clase acomodada, dos, que Plinio, debido a la influencia de su tío, fue un hombre ilustrado en muchas materias.

 

Biografía

Cayo Plinio Cecilio Segundo, pues este es su nombre completo, nació en Como (Novum Comun) en el año 62. Debido al interés familiar de que Plinio adquiriera los conocimientos imprescindibles para iniciarse en la carrera política, decidieron trasladarle a Roma para ser formado bajo la supervisión del propio Quintiliano, gran orador de la época. Tras esta primera etapa de aprendizaje, comienza una segunda en la que Plinio se integra en el Senado, ocupando así diferentes cargos entre los que se hayan los de cuestor, pretor y cónsul. Es en ese momento cuando el joven Plinio comienza a destacar por su oratoria y sus dotes políticas, especialmente en lo que atañe al espectro de su propia personalidad, discreción, sentido de estado y obediencia. 

 

 

Plinio ejerció durante el imperio de Nerva, pero sobre todo durante el de Trajano al que admiraba profundamente y al que consideró, dentro de los límites, como un amigo personal. En el año 100 de nuestra era escribió su Panegírico (discurso de nombramiento de cargo dedicado al emperador), donde principalmente ensalza el carácter justo de Trajano, su benevolencia pero también su implacabilidad. Posteriormente fue nombrado gobernador en Bitinia, donde inicia una correspondencia personal con el emperador y con el historiador Tácito, cartas que a su muerte se publicaron y que nos proporcionan una amplísima información sobre la historia, las leyes y las costumbres de su época, en ellas podemos encontrar cartas donde explica la vida cotidiana de un aristócrata asesinado mientras tomaba un baño, o referencias muy bien documentadas sobre la erupción del Vesubio que destruyó Herculano y Pompeya y donde su tío Plinio el Viejo perdió la vida, correspondencia sobre la política a aplicar con los cristianos, o referencias a costumbres de la Roma de Trajano.

En el plano más personal, Plinio se casó 3 veces, su última mujer fue el ejemplo perfecto de fémina romana culta, sensible, y discreta, de ella se tienen referencias por el propio Plinio quién le dedicó enormes muestras de gratitud y respeto, cuando él estaba ausente ella leía sus libros para recordarle y cuando era ella la que se ausentaba era Plinio el que la recordaba leyendo sus cartas. Fue uno de los hombres más ricos que existieron en su época, aunque en ningún momento hace mención de sí mismo como tal, pero se sabe que tenía alrededor de 500 esclavos o quizás más a su servicio, a los que tenía en gran estima, y a los que trataba con respeto y dignidad. Sobre su muerte no existen muchos datos, tan solo que murió en el año 113 aunque se desconoce si fue en Bitinia o en Roma.

 

Por tanto, puestos ya en los antecedentes del contexto histórico, vamos a analizar su correspondencia con el emperador Trajano y la importancia de esas epístolas.

¿Por qué es tan importante y qué nos explican?

Antes hemos comentado que el Panegírico, es un discurso que alaba y ensalza, en modo propagandístico, la figura del emperador de turno. Se publicó en versión extendida posteriormente y con los añadidos que el propio Plinio había realizado. Pero aunque el panegírico nos muestra las características propias del carácter de Trajano no deja de ser una alabanza en forma de gratitud, mientras que la correspondencia con él nos muestra la personalidad de Trajano en primera persona. 

Las cartas se centran en el momento en que Plinio es designado como gobernador de Bitinia, situada en la actual Turquía, el gobernador era el máximo representante del imperio en el extranjero, así que las decisiones tomadas por Plinio eran interpretadas como decisiones imperiales y por ende afectaban a la percepción que los ciudadanos tenían del emperador, ante esto, Plinio, formulaba al propio Trajano las dudas que iban surgiendo en cada provincia debido a conflictos de índole muy diferente, que incluyen desde la celebración de ritos hasta asuntos legales que entraran en conflicto con la legislación romana. De ellas, yo destacaría varios aspectos que personalmente me sorprendieron:

 

Sobre Plinio 

Plinio destaca en muchas cuestiones, pero entre lineas se pueden hallar rasgos de su personalidad que son reiterativas en muchas de las misivas, la más aparente en la forma es su gran capacidad intelectual y su lenguaje simple pero muy cultivado, a nivel de personalidad aparecen muy marcadamente aspectos como su gran sentido de la responsabilidad y de la justicia en pro de la buena gestión del imperio (Trajano en numerosas ocasiones hace hincapié en su designación como gobernador para redirigir las malas praxis de sus predecesores en el cargo). Plinio destaca por un notable servilismo pero pone de manifiesto amplios conocimientos de las leyes y costumbres tanto de Roma como las correspondientes a las provincias.

Su profundo sentido de estado y de justicia se pone de relieve en las cartas donde insta al emperador a aprobar acciones de reformas o construcción de nuevas instalaciones para el beneficio y salubridad de la población (construcción de un acueducto o saneamiento de zonas abandonadas) y ejerciendo a su vez de publicista en pro de una imagen de Trajano generoso y benevolente. Asimismo, Plinio dispone de la potestad de ejercer como jurista y por lo tanto los conflictos que se le van presentando los intenta solucionar desde la visión de un hombre justo pero con la mirada puesta en el emperador, tanto es así, que en sus reservas personales de cómo actuar ante determinadas situaciones judiciales, solicita la interecesión del propioTrajano, es por esta cuestión por la que el emperador en diversas ocasiones le reprende esa actitud de inseguridad, dando por hecho que si fue escogido como gobernador fue por sus amplios conocimientos en legislación, por su sentido de estado y por su defensa de los intereses de Roma.

Otra cuestión que hace referencia a su carácter es el trato que dispensa a amigos, conocidos e incluso a esclavos. En muchas de esas cartas solicita los favores del emperador para la obtención de la ciudadanía romana, o para mejorar las condiciones de su nucleo más cercano, pero lejos de parecer una solicitud de trato de favor, ejerce más como mediador  personal, desprendiéndose de estas cartas una gran empatía y destacando las cualidades de quiénes lo solicitan como merecedores de su gracia.

 

Sobre Trajano

Trajano es posiblemente uno de los emperadores mejor valorados por su gestión efectiva del Estado. Nacido en Hispania, se le reconocía más por sus éxitos y capacidades militares que como político, de ahí que tuviera la mala fama de ser un hombre rudo, estricto y poco dado a las intrigas senatoriales. Aun así, Trajano capeó con gran habilidad la época de su imperio, iniciando medidas de restauración de las arcas públicas, muy maltrechas hasta entonces, y creando leyes de protección de la natalidad y control de la pobreza. 

Trajano destaca por dos aspectos antagónicos, la primera una gran capacidad de liderazgo (permitió que los senadores tuvieran total libertad en exponer sus opiniones aunque fueran contrarias a las suyas) y la segunda un ferreo control en el cumplimiento de la legislación romana, entre otras cosas porque Trajano era principalmente militar, por tanto él entendía la organización del Imperio como si de una legión se tratara: Orden, disciplina y austeridad. 

En las cartas de respuesta a Plinio, se averiguan aspectos de su personalidad que refuerzan y contradicen lo expuesto, es cierto que el lenguaje de Trajano no es el de un orador pomposo que se recree en sus propias palabras, más bien son premisas breves, concisas y directas, utiliza un lenguaje simple con respuestas claras que en ningún momento llevan a confusión. Trajano no es parco, es simplemente práctico.  

Por otro lado, la visión del emperador es la de un gestor eficiente, insta a Plinio a reorganizar aquéllo que estaba abandonado por una mala administración pero sin que ello afecte al tesoro de Roma, emplaza a Plinio a que utilice los recursos de su provincia de forma efectiva y que las reinvierta para el beneficio de sus habitantes. Rechaza el enfrentamiento con las administraciones locales permitiéndoles preservar su autonomía, siempre y cuando éstas no entren en conflicto con Roma, ya que si es así se muestra implacable, nada dubitativo y extremadamente conservador. Trajano prohibe las reuniones que puedan fomentar desórdenes públicos pero muestra cierta benevolencia, escasa en ocasiones, con quiénes renuncien a un comportamiento de confrontación a Roma, ahí entran aspectos políticos, religiosos y sociales, debemos hacer mención a las contínuas revueltas a las que tuvo que hacer frente por lo que se mostraba receloso ante cualquier situación que pudiera derivar en desorden, no obstante hace hincapié a Plinio que debe mostrarse cauteloso en cuanto a falsas acusaciones, intentando buscar pruebas irrefutables para no condenar a quiénes nada han hecho.

Trajano evoca seguridad y orden, de ahí que la visión que se tiene de su legado sea la de un gran administrador y militar.

 

Sobre la información

Ojalá pudiéramos decir que se conserva la correspondencia de todos los emperadores, porque es un sinfín de pequeños regalos para los que adoramos esta época, pero conformándonos con la de Trajano, averiguamos la situación de las provincias y la relación, en ocasiones frágil, que mantenía con Roma.

La información comprende ante todo aspectos legales y administrativos, que incluyen la potestad de Roma en la construcción de edificios públicos y en el mantenimiento de la ley y por otro lado la autonomía provincial en relación a ciertos conflictos internos, desde la distribución de tierras hasta la libertad de culto, de ello se desprende una actitud permisiva siempre y cuando las acciones emprendidas no chocaran frontalmente con la Ley Romana, es decir, si la provincia colonizada había establecido un tratado con Roma por la que se le permitía gozar de cierta independencia, se le respetaba, pero cualquier acto que pudiera ofrecer la más mínima impresión de debilidad de Roma era aplacado inmediatamente. Eso se ve en la carta en la que Plinio pide consejo respecto a un grupo de hombres que habían sido acusados de practicar el cristianismo y a los que tenía que juzgar. Trajano es claro en su respuesta, no va a haber persecución de los cristianos, pero aquéllos que se reúnan para propagar el cristianismo deben ser castigados, para ello primero debe asegurarse que la acusación no es falsa y no obedece a intereses personales, la segunda es que los acusados deben hacer una ofrenda al culto imperial y a los dioses paganos y renunciar a Cristo, debido a la fama de los cristianos de ser extremadamente fieles a su creencia, Plinio y Trajano entienden que aquéllos que realmente son cristianos no sucumbirán a la ofrenda y que podrán ser acusados con total seguridad, no obstante aquéllos que realicen el acto serán puestos en libertad, perdonándoles su falta. 

 

Conclusión

En cualquier librería, en cualquier rincón de internet, localizamos biografías, comentarios y opiniones sobre Roma con la objetividad limitada del autor, entre los que me incluyo, aunque mi nivel jamás llegue al de los catedráticos ni al de los docentes de clásicas. Por ello siempre os invito a qué llevéis a cabo vuestras propias reflexiones, a que os empapéis directamente de las fuentes clásicas, a que entendais la historia desde un punto de vista global. Plinio en cada carta nos regala un encuentro con la Roma de Trajano, nos muestra la imagen exacta del día que desapareció Pompeya y Herculano, nos traslada a Bitinia, pone imagen real a lo que nosotros hemos imaginado, es un cronista de la época y cómo tal debe ser valorado. Nos legó lo mejor de Trajano, sin filtros y sin pretensiones, nos mostró sus propias debilidades y defectos, aunque sea por esa consideración deberíamos hallar un momento para leer alguna de sus cartas, con ellas aprendemos algo más que historia.

 

 

Mireia Gallego

Marzo 2015

 

 

 

 
 

 

 

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