Cayo Julio César

Imagen de Roland Nikrandt (Pixabay) 
 

Adolescencia y Juventud

Si hay un personaje histórico que entable discusión ese es Cayo Julio César. Odiado por algunos, amado por muchos otros pero en lo que todos coinciden es en la importancia de su legado, en lo que representa para la historia y en las capacidades y aptitudes personales que le coronaron históricamente como uno de los mejores generales de la antigüedad.

Cayo Julio César nació en el 100 a.c., hijo de Julio César y Aurelia nació bajo uno de los apellidos más influyentes de la historia de Roma "los Julios" que se creían descendentes directos de Eneas fundador del Lacio y por lo tanto estirpe de la misma Diosa Venus.

Su padre perteneció al senado y su madre Aurelia, una mujer de fuerte personalidad se convirtió en su mayor partidaria y consejera. El tío de Julio César fue Mario, líder de la facción de los populares, (casado con su tía Julia, hermana de su padre) considerado uno de los mayores generales de la historia que luchó contra Sila en la primera guerra Civil. Cayo creció por tanto con la ausencia de su padre y bajo la tutela de su tío, viviendo en primera persona sus hazañas bélicas y palpando el malestar de la plebe en una época convulsa y tensionada por los diferentes líderes políticos que se disputaban los cargos de poder. Mario murió cuando Cesar contaba con escasos 14 años pero su sombra alargada influenció activamente en el joven. 

Cayo creció en el barrio del Subura, uno de los más pobres de Roma, eso le permitió establecer ciertos lazos con la gente de la plebe, la más humilde y maltratada por la política y le sirvió para conocer de primera mano las necesidades de la Roma menos favorecida. César creció con la esperanza y la ambición de llegar a ser un gran general pero fue nombrado Flamen Dialis (equivalente a máximo sacerdote al culto de Jupiter Optimus Maximus) por orden de su tío Mario, lo que le impedía ostentar otro cargo público para la ascensión de su carrera militar.

Cayo se unió a la hija del cónsul Cinna, la joven Cornelia, con la que tuvo su única hija legítima Julia, pero cuando Sila derrotó a Mario y posteriomente se enfrentó a Cinna haciéndose finalmente dictador de Roma, mandó llamar a César para que éste se separara de Cornelia bajo amenaza de muerte. César, que ya empezaba a despuntar por su orgullo y lejos de sucumbir a las órdenes del nuevo dictador se negó a acatarlo. Sila le despojó del cargo de Flamen Dialis, y temiendo por su vida y la de su familia, el joven César se exilió durante un tiempo. Fueron las presiones de su madre Aurelia, a través de sus contactos entre los patricios de Roma el motivo por el que Sila le perdonó la vida y no fue hasta la muerte del dictador cuando César ya despojado de su cargo de Flamen Dialis volvió a Roma para iniciar lo que tanto ansiaba, su carrera en la magistratura tanto política como militar.

 

Una carrera brillante

 
 

César había vuelto a Roma pero necesitaba prestigio y dinero para comenzar su carrera política. La opción que escogió fue la de alistarse en las tropas con destino a Asia Menor. Allí empezó ocupando cargos de poca relevancia pero su cercanía y sus escasos recursos le hicieron ganarse las simpatías de los legionarios con los que compartía tareas y conversaciones. Su ambición permitió que se le asignaran diversos trabajos en los que destacó de una manera muy notable. Con tan sólo 22 años a Julio César se le condecora con la primera corona laureada por su valentía y triunfo en una de las batallas. 

A cada trabajo que le imponían, César despuntaba con una idea ingeniosa. Uno de los encargos fue que consiguiera 300 naves en un plazo limitado de tiempo, César se ganó las simpatía del rey de Bitinia, hecho que le permitío que el regente le facilitara una flota naval. Su amistad con este Rey se forjaría durantes los siguientes años, aunque en Roma se urdía mientras tanto una campaña de desprestigio contra él asegurando que el rey había mantenido relaciones con César a cambio de propocionar los trescientos navíos. 

El joven César, decide entonces completar su formación académica en Grecia. Durante la travesía es apresado por los piratas que salpicaban el mediterráneo y secuestrado en uno de sus numerosos islotes. Los piratas deciden pedir un rescate que a César le parece demasiado bajo, instando a sus captores a solicitar más por él. Tras el pago, César les avisa que volverá para acabar con ellos uno a uno, siendo objeto de las mofas de los piratas que lo ven como a un joven engreido. No obstante, y cumpliendo con la palabra dada, logra reunir una flotilla con la que dará muerte a los secuestradores crucificándolos en la arena de la playa.

César sabe que sin sumar grandes hazañas no podría llegar hasta lo más alto, es por ello que decidió irse como cuestor a la hispania en el 69 a.c. Su efectividad como administrador quedó patente en el trabajo que realizó, ante todo su honradez iba implícita a su cargo por lo que lejos de ganar dinero mediante la imposición de pagos ilegales lo que hizo fue una contabilidad limpia y eficaz que otorgó de más recursos a las arcas romanas saneando las cuentas hispanas.

César volvió a Roma pero la muerte de su mujer Cornelia y de su recién nacido durante el parto le obliga, a pesar del dolor, a buscar una sustituta que le permita escalar en su ascenso político.

Mientras Pompeyo, general que había estado a las órdenes de Sila, estaba en Asía en guerra contra el Rey Mitridates, César en Roma consigue alcanzar diferentes cargos como el de edil, pretor urbano o pontifex maximus (máximo responsable de la religión romana). Esos cargos de la magistratura permiten que César obtenga los favores y la simpatía de la plebe y los boni mediante su amistad con Craso. Éste le ayudará económicamente a fraguar las deudas que César ha contraído con diferentes proveedores. 

César se casa con su segunda mujer, Pompeya, nieta del dictador Sila, mucho más joven y lejos de cualquier sospecha o mancha familiar que pueda perjudicar su carrera. Como Pontífice Máximo se instala en la residencia que le ofrece su cargo, junto con su familia, ahí vivirá junto con las vestales en uno de los edificios del mismo Foro Romano donde se encargará del cuidado de la tradición religiosa, los auspicios etc... Durante la celebración consagrada a la diosa Bona Dea sólo para mujeres), uno de los amigos de Pompeya, Clodio, se filtra en la casa disfrazado de mujer. Cuando es descubierto, las mujeres le acusan de profanar la celebración sagrada, ante esto Clodio es llevado a juicio. César logra que salga bien parado de la acusación de Cicerón, pero decide separarse de Pompeya ya que hay ciertas acusaciones que le lleva a pensar que pueda estar relacionada con la profanación. Este favor hecho a Clodio le permitirá controlar a los tribunos de la plebe dirigidos por éste en el senado de Roma. 

Tras su sonado divorcio de Pompeya se casa por tercera vez con Calpurnia, una dómina de alto rango y de intachable reputación.

En el 61 a.c César es nombrado gobernador de la Hispania Ulterior, después de hacer una magnífica labor regresa a Roma después de un año. Por aquel entonces César tiene como a máximos rivales a la sección de Catón el Joven y a Bíbulo que ven en él a alguien con mucho potencial que puede hacer peligrar la república, éstos hacen intentos por derrocar su reputación y apartarlo de la política romana, pero nada sale bien, César continúa...

 

César decide que su necesidad primordial es llegar a ser cónsul de las Galias, para ello sabe que tendrá que someter a todo el territorio mediante la imposición de la fuerza con las legiones, por lo que establece el primer triunvirato es decir, la repartición de poder entre Pompeyo, Craso y él mismo, pero la carambola viene dada porque César entrega a su hija Julia a Pompeyo como esposa, haciendo que los lazos de unión sean estables.

A Craso se le asigna el control de Roma e Hispania, a Pompeyo Siria y a César las Galias, pero Julia enferma por lo que Pompeyo pide a Craso que le ceda el control de Roma y la Hispania para quedarse a su lado.

 

La guerra de las Galias

 

César consigue su propósito, ha llegado la hora de hacer historia.

No se puede hablar de la Galia, sin hacer mención a que ésta estaba constituida por diferentes tribus: los eduos, los belgas, los Helvetios, etc... en un principio César logra someter a gran parte de ellas pero con otras llega a hacer tratados por los cuales se hacen aliados de Roma. No obstante, hay un obstáculo que ralentiza más el control de las Galias y ese tiene un nombre: Vercingetórix.

La guerra de las Galias tiene su origen en el 58 a. C hasta el 51 a.C. Primero César tuvo que frenar la invasión helvética con la ayuda de los eduos, amigos del pueblo romano, no obstante Vercingetorix sabe que la única solución para derrotar las legiones romanas es la unión de todos las tribus Galas haciendo de ellas una sola. Ello comportará que presione a los eduos para que abandones su alianza con Roma y firmen su adhesión a una Galia unida. Vencingetorix se reúne con los regentes de todas las tribus incluidos los druidas y establece la unión de la Galia invitando a que le nombren rey conduciendo bajo su único mando todas las tropas. Una de las medidas que adopta es obligar a todos a quemar cosechas y matar el ganado para desabastecer las tropas romanas y dejarlas sin alimento. Vercingetórix decide acampar en Alesia una ciudad sobre un terreno elevado e inaccesible donde sabe de antemano que César no puede atacarles, pero lo que no prevé es la astucia de un hombre que tiene comiendo de su mano a las legiones romanas, bien organizadas y con una aguda inteligencia. 

César sabe de las complicaciones que se le presentan así que jugándoselo todo a una carta decide construir alrededor de Alesia en 23 días una fortificación hecha de troncos en círculo que rodea la ciudad y dentro de estos círculos otros que protegen a las legiones romanas del exterior.      

Cada uno de esos círculos escondieron trampas mortales para aquellos que desde el centro de la ciudad fortificada deseaban salir así como para los que viniendo de fuera quisieran entrar: fosos de agua, catapultas, torres de vigilancia con arqueros, máquinas de guerra como los escorpiones, o lanzas clavadas en los fosos y tapadas con ramas y hojas, haciéndola prácticamente inexpugnable. Así pues todos aquellos que quedaron atrapados en la ciudadela vieron como sus ciudadanos morían de hambre al no poder abastecerse de víveres, y todos aquellos de otras tribus galas que quisieron ayudar a Vercingetórix no pudieron alcanzar la ciudadela ni atravesar los fosos de César, abandonando la batalla.

La única opción era darse por vencidos y así fue como el rey de los galos y los pueblos que estaban con él firmaron la rendición. César capturó al rey para llevarlo a Roma cuando hiciera el desfile triunfal, mientras tanto las legiones romanas fueron apagando los focos de rebelión que iban surgiendo por los territorios galos, ya era tal el desmembramiento de la población que fue una tarea relativamente fácil.

Es durante esta época cuando César va escribiendo sus notas y cartas al senado relatando sus éxitos, eso le procuró un respaldo mayoritario de la plebe que adoraba ante todo las hazañas de su mayor general, pero esa propaganda militar tenía una doble vertiente porque si bien la plebe estaba pletórica con sus éxitos, el senado y en más concretamente Pompeyo Magno, empezaba a ver en él un rival más que un aliado.

La muerte de su madre y de su única hija, Julia, precipita los acontecimientos. Pompeyo despojado ya de la alianza familiar que le unía a César, se ve con libertad para establecer nuevos tratados con senadores hasta ahora opositores, urdiendo un plan para apartarlo de la política definitivamente. Para ser nombrado cónsul se debía estar en Roma presencialmente para solicitar el acceso a la magistratura, debido a que César estaba en las Galias no podía ser nombrado como tal, por lo que instó a Pompeyo que se le renombrara cónsul "in absentia" (en ausencia), pero Pompeyo y los demás senadores de la facción de los optimates firmaron una ley por la cual una vez concluyera su consulado en Marzo, debería volver a Roma despojándose de su "imperium" y de sus legiones, yendo en su lugar otros gobernadores nombrados desde Roma. La idea era que una vez despojado de su cargo de general y del control de las tropas pudiera ser acusado y condenado por crímenes de guerra.

Pero César, que conocía la estrategia desde el senado por sus aliados en Roma, decidió que no había otra manera de entrar en la ciudad si no era por la fuerza. Así que se acercó al Río Rubicón, frontera natural que marca la entrada en Italia y recitó su famosa frase "alea jacta est" (la suerte está echada), cruzó el río y entró con todas sus legiones en Roma, era el comienzo de una nueva guerra civil. Esta cita famosa pudo no haber sido la que pronunció originariamente ya que otros datos escritos apuntan que lo que dijo fue: "que los dados vuelen alto" una frase originaria de una comedia griega y que designarían el carácter de destino y suerte que obsesionaron a César toda su vida.

 

La Roma de César

 

En una decisión de difícil comprensión, Pompeyo en vez de defender la ciudad desde dentro se aleja al Este con las legiones para obligar a César a luchar en campo abierto pero deja el erario público intacto, hecho que permitió a César a su llegada a disponer del Tesoro de Roma para gestionar la administración de la ciudad. Aunque es una época que se enmarca como de dictador, la verdad es que César en ese año aplicó una serie de medidas muy importantes que permitieron calmar los ánimos de ciertos sectores políticos y de la población ya que impuso una ley por la cual hacía de todos los ciudadanos de las provinicias: la Hispania, La Galia, etc.. ciudadanos de pleno derecho. Otra de sus medidas fue establecer un calendario que permitió regularizar los ciclos agrarios o la estipulación de los horarios comerciales. Para no dejar la economía de Roma en bancarrota, aprobó unos paquetes de medidas económicas por las que las deudas que los ciudadanos romanos adquirían con los las clases altas no eran eliminadas, sino que con un sistema de intereses más bajos permitía la devolución de las mismas a un 10%, haciendo que tanto las clases favorecidas como las que no hicieran circular la economía a un ritmo favorable. También regaló trigo a los ciudadanos para procurar el abastecimiento total e inició las reparaciones de templos y edificios estatales así como la construcción del Foro Julio. Una vez completada la ordenación de la administración se dirigió al Este para acabar con las legiones de Pompeyo.

César acabó el conflicto civil definitivamente en Farsalia. Aunque Pompeyo había huido hacia el sur, perdonó la vida a sus opositores sin que les fueran arrebatadas sus propiedades en un intento de calmar los ánimos y ganarse sus simpatías. Posteriormente César, se dirigió a Egipto donde Pompeyo había buscado refugio. El joven Ptolomeo (faraón de Egipto) en un intento de ganarse los favores del dictador de Roma, decidió matar a su rival para servírselo como premio a la llegada. Este acto enfureció a César que creía que Pompeyo merecía morir de una forma más digna y en manos de un romano por lo que asesinó a Ptolomeo subiendo al trono a su hermana Cleopatra, exiliada entonces por la usurpación que sus hermanos habían hecho del trono de Egipto.

Imagen CC

Con Cleopatra mantuvo un tormentoso romance y con ella tuvo a su único hijo varón llamado Cesarión, no obstante esa débil alianza entre Roma y Egipto se contemplaba con recelo desde Roma. Aunque el heredero a priori debía ser Cesarión, lo cierto es que César había nombrado a su sobrino-nieto Octavio como su sucesor. 

Cayo Julio César a su vuelta de Egipto continuaba siendo uno de los hombres más odiados. Las acciones llevadas a cabo por Marco Antonio coronándolo rey ante la multitud, aunque él rechazara tal acto, o la aparición de su estatua con la corona monárquica en las Festividades de las Lupercales, incrementaron los recelos del senado de Roma, por lo que en los idus de Marzo del 44 a.C (15 de Marzo),cuando era cónsul con Marco Antonio, una facción del senado representada por Casio y Bruto, le asesinaron a cuchilladas.

 

 
A pesar de que los republicanos pensaron que el pueblo apoyaría el asesinato de César, la opinión pública ensalzó la figura del dictador condenando públicamente a sus asesinos. Octavio y Marco Antonio lideraron una venganza personal para acabar con los detractores de César, no sin antes garantizar que Cesarión, el pequeño hijo que había tenido con Cleopatra muriera en extrañas circunstancias.
 


Lugar donde fue asesinado Julio César (Largo Torre Argentina, Roma)

 

Ara de César Foro Romano (lugar de incineración)

 

Marco Antonio, persiguió a Bruto y Casio que finalmente perecieron en la batalla de Filipos. A la muerte de César se firmó el segundo triunvirato que daba la región de Siria a Marco Antonio y a Octavio y a Lépido las de Occidente.

Octavio en un intento de unir más el triunvirato casó a su hermana Octavia con Marco Antonio pero la relación amorosa de éste con Cleopatra que llevó finalmente a la separación de Marco Antonio, inició un conflicto que concluiría con la victoria de Octavio en la batalla de Accio. A partir de este momento se inicia la época imperial con Octavio como protagonista, convirtiéndose en Augusto.

Obras de Julio Cesar

Julio César no fue únicamente un general y un político brillante, también utilizó su capacidad como escritor para dejarnos un legado único de su obra y sus conquistas. Sus comentarios recogen dos de los períodos más importantes de Roma,  por un lado su participación en la Guerra de las Galias y por otro su decisión irrevocable de cruzar el Rubicón y entrar en Roma como dictador, hecho que se convirtió en una consolidación de su persona y que inició una etapa sin retorno, recogido todo ello en sus comentarios sobre la Guerra Civil.

Únicamente se tienen documentos de estas dos obras pero se tiene constancia  que escribió numerosos libros entre ellos tragedias y poemas que no se conservaron. Muchos estudiosos han intentado establecer una fecha de creación de los escritos y mientras algunos sostienen la teoría que la Guerra de las Galias fue escrita mientras estaba al frente de las tropas, y por lo tanto serían casi diarios de guerra confeccionados día a día con las novedades, otros creen que fueron escritos a posteriori. La teoría más aceptada es que César recogía sus comentarios y los enviaba a sus legados en Roma para que fueran de uso público, de esa manera mantenía informada a la República sobre sus avances en el conflicto.

Sobre sus comentarios de la Guerra Civil algunos estudiosos los sitúan entre los años 49 o 48 a.C.

Guerra de las Galias

Se establece que fueron escritos entre los años 58 y 51 a.C. La obra comprende 8 libros relatando en cada uno de ellos un momento histórico en particular.

Libro I : Campaña del año 58 a.C. contra los Helvecios y contra Ariovisto
Libro II: Campaña contra los Belgas
Libro III : Campaña contra Armórica del año 56 a.c.
Libro IV: Campaña contra los germanos, Cruce del Rin, y primera expedición a la Britania año 55 a.c.
Libro V: Segunda expedición a la Britania y represión de los belgas
Libro VI: Ataque a los eburones y diferentes comentarios sobre costumbres galas y germanas
Libro VII: año 52 a.c., Vercigetorix une a las tribus Galas, la toma de Avarico y el cerco de las tropas romanas al mando de César en Alesia
Libro VIII: (Obra de Hircio) Pacificación de las Galias y campaña contra los Belovacos.

Libro I : Justifica el paso del Rubicón y las conversaciones mantenidas mediante misivas con Pompeyo y el senado
Libro II: Campañas en Hispania contra Afranio y Petreyo en Lérida, y la toma de Marsella.
Libro III : Año 48 a.c. César entra en Grecia, asedio a Durazzo, Victoria de Farsalia, Muerte de Pompeyo a manos de Ptolomeo (Egipto)

 

Comentarios de la Guerra Civil

La obra acaba haciendo referencia a la guerra contra Alejandría, se cree que la obra que prosigue no son comentarios suyos sino de añadidos posteriores con la finalidad de engrandecer su obra, no perpetrados por él mismo sino por otros intelectos.

El estilo de César fue alabado por sus contemporáneos, el mismo Cicerón ensalza su técnica literaria y destaca principalmente por la ausencia total de ornamentos que dificulte la lectura o el entendimiento de la obra. Sus explicaciones son ordenadas y coherentes y su léxico culto pero accesible. Una característica de sus obras es la referencia a él mismo en tercera persona "césar hace" "césar ordena", nunca se refiere a él en primera persona, pareciendo que la obra está confeccionada por un tercero.

Muchos creyeron ver en su obra un intento de hacer más grande su persona, una especie de campaña pro-césar, ensalzando virtudes como la capacidad estratégica, la justicia o la vehemencia con los enemigos. Ciertamente, en sus obras hace referencia al perdón que impartió frente a enemigos despiadados y su conciencia de justicia frente a actuaciones que muchos de los suyos no entendieron. No obstante, sus justificaciones sirven de referencia para hacernos una idea global de la gran personalidad y las cualidades de un hombre único en la historia de Roma y del mundo.

 

¿Te ha gustado la biografía? Dame tu opinión

No se encontraron comentarios.

Nuevo comentario

 

 

Miembro de: