Iulia Maesa


Tesoros del Museo Británico
 

Introducción

Hay mujeres en la sombra que sobrepasan, y de qué forma, las expectativas de los propios hombres que ocupan el poder. Son mujeres forjadas por una infancia férrea, por unas influencias políticas y familiares que las convierten en mujeres poderosas con una personalidad destacada y sobre todo, cuando se habla de la política romana, se convierten en mujeres al servicio del Estado.

 

Julia Maesa o Julia Mesa fue una mujer de una personalidad increíble. Me fascina idear como funcionaba su cerebro y como era capaz de mantener sus instintos primigénios, como el materno, al márgen de cualquier debilidad. Pero vayamos por partes...

 

Una vida tocada por el destino

El 7 de Mayo del 165 de nuestra era, nace en Homs, Síria, siendo la hija mayor de un sacerdote del culto solar a El-Gabal. Aristócrata de cuna, se ve educada bajo las enseñanzas de cultos orientales pero bajo la tutela de las costumbres romanas, muy integradas en Emesa. Cinco años más tarde, nace Julia Domna, su hermana pequeña que cumplirá un papel decisivo en la vida de Julia Mesa.

En la adolescencia, se casa con Julio Avito, un caballero patricio de Émesa, que posteriormente será nombrado gobernador de Chipre, Mesopotamia y Asia. Mientras tanto, su hermana pequeña, se promete a Septimio Severo procónsul de la Gallia Lugdunensis y posteriormente proclamado emperador de Roma en el 193. Tras el nombramiento, Julia Mesa se traslada a Roma con su familia, incluyendo sus dos hijas, Julia Soemias y Julia Mamea.

La muerte en Britania de Septimio Severo y la ascensión al trono de su sobrino Caracalla en el 211, hizo que se mantuviera a la sombra del poder imperial, aunque no del todo...sus intereses residían en que Caracalla adoptara como heredero a su nieto, Heliogábalo y de esa manera promover la dinastía severa dentro del trono. Durante el reinado de Caracalla el poder de la administración política de Roma quedó ejercido más por Julia Domna que por el propio emperador, aunque si bien acompañaba a su hijo en muchas de las campañas militares, la madre de Caracalla logró sortear muchos obstáculos políticos, seguramente con el asesoramiento de su hermana. 

No obstante, en un momento en que los emperadores son nombrados y depuestos a golpe de gladius, y tras una hábil maquinación de Macrino, prefecto del pretorio, asesinan a Caracalla, nombrando al prefecto emperador.

A pesar de lo querida que era Julia Domna y su habilidad para la política, no pudo superar el asesinato del último de sus hijos, ya que Geta había sido asesinado por Caracalla de joven para evitar cogobernar como César, y en Antioquía, tras enterarse de su fatal destino, decide suicidarse.

 

El momento de Maesa

Si bien la personalidad de la hermana pequeña de Maesa, es intrigante, por la fatalidad del destino, por la aceptación del asesinato de su hijo pequeño y por asumir el que fuera Caracalla quién lo hiciera, la de nuestra protagonista es, podríamos decirlo, una oportunista brillante y una estratega consumada.

Tras el asesinato de su sobrino y con Macrino en el poder, se retira a su ciudad natal, donde urde un plan de consecución del trono. Con ello, se garantizaba la seguridad de sus hijas y nietos y por otro lado daba tiempo a que Macrino se desgastara frente a las legiones y así fue...

 

Macrino había sido nombrado por las tropas, pero eso le profería un arma y un problema, arma porque ostentaba el poder militar y un problema porque para mantenerse en el trono debía mantener a las legiones bien pagadas. Macrino no obstante decidió abonar a los partos una ingente partida de dinero para asegurarse la paz fronteriza, dinero que dejaron de percibir los soldados romanos. Y es en ese momento cuando Maesa entra en escena, haciendo llegar a las tropas romanas que su nieto, Heliogábalo de escasos 14 años, es el heredero de Caracalla por los lazos sanguineos e incluso filtra un rumor sobre la paternidad de Caracalla. Parte de las legiones, hastiadas de las promesas incumplidas de Macrino, se rebelan contra este y nombran emperador al joven Heliogábalo. Tras un enfrentamiento entre partidarios y detractores, Macrino decide huir, siendo asesinado posteriormente.

 

Este sin duda, era el momento de Julia Maesa.

De nuevo en Roma, y a pesar de las revueltas sufridas y de las suspicacias que la religión de Heliogábalo procuraba a los senadores romanos, se inicia un gobierno difícil, dirigido por madre y abuela a la sombra del imperio.

Pero el joven Heliogábalo a pesar de que en los primeros compases de su vida imperial se mostraba como un emperador en principio controlado, posteriormente emergió una personalidad excéntrica, alocada y profundamente inmoral para la sociedad romana. Instauró el culto al sol, y se rodeó de amantes que despertaron la animadversión de la plebe y el senado. Sus actos entraban en conflicto con la propia tradición y legislación romana, como casarse con una vestal o como exponerse en público vestido de mujer, maquillado y rodeado de amantes varones de los que se hacía llamar "su mujer, su amante y su reina". Los episodios fueron a más y esa sexualidad pública de Heliogábalo empezó a irritar a la guardia pretoriana. 

Julia Mesa, conocedora del descontento de las tropas, incita a que Heliogábalo nombre a su primo Alejandro Severo, heredero. Pero el joven emperador ve como su primo tiene mayores apoyos que él y decide despojarle de todos los títulos otorgados. En vano, intenta asesinarle, y finalmente la guardia se amotina. 

El problema de Heliogábalo fue que a petición de los pretorianos se reunió con ellos acompañado de su madre y su primo, quizás esperando que tuviera un apoyo que le permitiera acabar con la vida de éste, pero las intenciones del emperador se vieron truncadas cuando los soldados gritaron el nombre de Alejandro Severo como nuevo emperador, viéndose acorralado por hombres armados. Madre e hijo fueron decapitados, arrastrados por la ciudad, y el cuerpo del ya depuesto emperador lanzado al Tíber.

Julia Mesa, es entonces cuando se alza como la política y administradora a la sombra de los asuntos de Roma. Alejandro había sido preparado cuidadosamente mientras Heliogábalo estaba en el poder tanto a nivel militar como en disciplinas que le ayudarían en su carrera política y con escasos 14 años será el momento de ponerlas en práctica. Aun así, el joven, mucho más maleable sucumbió a las órdenes de madre y abuela que se perfilaron como las grandes políticas del momento, especialmente Julia Mesa, quién iniciará una serie de propuestas ampliando las arcas estatales, reformando el sistema jurídico y reinstaurando el culto a los dioses del panteón romano.

 

Tres años después de la proclamación de Severo como emperador, Julia Mesa fallece, a la edad de 60 años, siendo venerada como deidad, no sólo en los círculos familiares sino en los ámbitos políticos del Estado. Ella se había rodeado de un nutrido grupo de senadores con los que había reinvertido la política nefasta de Heliogábalo, pero lo que era más importante, había establecido un periodo relativo de calma que se perpetuó hasta la muerte de Alejandro y la de su madre a manos de sus tropas con escasos 26 años. Tras éste, un oscuro periodo de guerras de poder se ciñó sobre un imperio carente de órden y destinado a complacer a las tropas.

Conclusión

Julia fue cuñada de emperador, tía de emperador y abuela de dos emperadores. En casi todos ellos hay una huella de Maesa, un conato de voluntad política. Vio morir a sus dos sobrinos y a su hermana, a su hija y a su nieto y aun así contempló la escena formando parte de la propia historia imperial, por suerte no vivió lo suficiente para contemplar la muerte de su única hija viva ni de su último nieto. Quizás quisiera la fortuna darle un descanso.

La estratega en la oscuridad.

 

Mireia Gallego

Febrero 2017 

 

 

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