Propileos

Introducción

Cuando pensamos en la arqueología clásica de Grecia, es recurrente evocar la imagen del Partenón como símbolo indiscutible no sólo de una época sino de la representatividad de todo un continente. La acrópolis de Atenas, engloba en sí misma diferentes ideales como la belleza, la fuerza, la razón y refuerza si cabe una estructura política: la democracia. 

A pesar de que la arquitectura queda identificada con un icono, lo cierto es que el conjunto engloba varios edificios sacros que merecen ser desglosados de forma individual, y qué mejor que empezar por donde se debe, por la puerta principal o lo que es lo mismo, Los Propileos.

 

Etimología

Esta palabra griega significa exactamente "antes de la puerta", y era costumbre utilizarla en singular o plural dependiendo si precedía un templo o a un conjunto arquitectónico.

 

Unos 130 años antes de la llegada de Pericles al poder ateniense, un tirano llamado Pisístrato se había ocupado del embellecimiento de la zona de la Acrópolis, a través de la construcción de diferentes edificios que daban acceso a la zona sacra, entre ellos los propileos. No obstante con la llegada de Pericles y su obsesión de dotar a la ciudad del valor que merecía, encarga en el 437 a.C aprox. la reconstrucción de los accesos de entrada por la vía sacra que permiten entrar a la planicie superior, para tal obra contrata los servicios de Mnesicles, bajo la supervisión del propio Fidias.

A pesar de que pudiera parecer una obra menor respecto a otros edificios de la Acrópolis, la realidad es otra bien diferente, ya que a Mnesicles se le planteó problemas de gran calado ante un terreno escarpado y en pendiente.

Por tanto, la habilidad, diseño y proyección del conjunto es sin duda una obra de ingeniería y explicaremos por qué.

Los materiales

Para un edificio de tal tamaño lo lógico hubiera sido hacer uso de materiales más ligeros y resistentes, pero la intención de Pericles era que la entrada de la Acrópolis estuviera a la altura del resto de los edificios. Mnesicles utilizó "mármol Pentélico", llamado así por la montaña de la que se extrae y que dispone de una tonalidad alba pero de destellos amarillentos que permite crear una sensación cálida y extremadamente imponente. Para uno de los techos fueron usados mármoles ligeramente azulados que simulaban un cielo estrellado, traídos de la cantera de Eleúsis.

  

Mirando el conjunto de frente desde la vía sacra, se aprecia una gran pendiente sorteada por una enorme escalinata, disponiendo ésta de un acceso lateral derecho para poder entrar directamente al Templo de Atenea Niké, situado sobre un bloque independiente.

En la parte superior de la escalera central 6 columnas dóricas dan la bienvenida al transeúnte iniciándolo en un recorrido interior en la que debe traspasar un pasillo con diferentes puertas decorado e intercalado con columnas jónicas que soportan un techo ciclópeo de mármol.

A ambos lados de este pasillo principal se hallarían varias salas dedicadas a la administración, al culto y al arte a través de una pinacoteca.

Si lo pudiéramos observar con su aspecto original, la puerta simularía el aspecto de un gran templo pero al disponer de dos salientes laterales, diríamos que la sensación es diferente, sería algo similar a los propileos de Munich con la diferencia que las torres laterales que en la Acrópolis anteceden a la puerta en el caso de Munich están a la misma altura.

El vestíbulo central dispone de una anchura de más de 18 metros y una profundidad de más de 12, abriendo un camino iniciático por el que se entraba a la planicie de la Acrópolis, siendo visible en la antigüedad la colosal estatua de 9 m de Atenea Promacos y quedando a la derecha el Partenón. En la imagen inferior puede observarse esta característica.

 

 
 

No debemos perdernos los detalles más imponentes de la construcción, es más que necesario alzar la vista para comprobar tres aspectos diferenciales: la altura de las columnas, el artesonado de los techos, y el tamaño y peso de las vigas de mármol, es decir una obra de ingeniería que haría palidecer al arquitecto más diestro.

 

Objetivo

 

Mnesicles tuvo un importante desafío ante él, crear una majestuosa entrada que estuviera integrada en una arquitectura global y que encajara en estilo y grandeza. A pesar que el propio Fidias dirigía el proyecto, el arquitecto debió sortear una orografía agreste para convertirla en una entrada monumental capaz de dejar sin aliento a quienes accedían en peregrinación por la vía sacra y que a su vez estuviera a la altura de aquello que precedía,

Quienes tuvieron la suerte de acceder a la planicie, podían disfrutar de tres estados diferenciados, bajo sus pies la polis, junto a ellos un lugar sacro, sobre sus cabezas la morada de los Dioses.

 

Mireia Gallego

Julio 2015

 

 

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